Dar por sentado
Sé que este tema lo hemos venido escuchando y sobre todo sintiendo, desde que en el 2020 un enemigo ínfimamente pequeño nos cambió la existencia. Pero hoy deseo destacar algunos puntos al respecto.
Cómo bien lo sabe mi hipotético lector, me dedico a la danza. Enseño a bailar, soy estudiante de danza como segunda carrera, y por ende mi cuerpo es mi más importante y magnifica herramienta. La armonía en él es fundamental, porque cuando una parte, por pequeña o poco usada falla, siento el desbalance en todo el sistema y ello repercute en mis actividades diarias.
Una vez les conté que he tenido algunas lesiones, nada graves (creo yo), de las cuales he ido saliendo y/o aprendiendo a vivir con ellas, y estas me han dado lecciones invaluables. Recuerdo el último esguince de tobillo, fue de segundo grado. Me hizo caminar con swing algunas semanas, pero pude notar cuan deterioradas están las aceras circundantes a mi apartamento. ¡Dios! Cada que apoyaba mi pie en un hueco, bache, degradado del cemento, era como se me golpearan en la parte afectada una y otra vez. Obviamente, antes de aquella lesión ni siquiera me había percatado de ello.
Tengo una pequeña gran amiga de mi semestre, solo tiene 17 añitos y como consecuencia de posible sobrecarga o algún mal movimiento, resultó con una lesión en el menisco de su rodilla derecha. Creíamos que solo era muscular, hasta que no lograba doblarla sin dolor y la inflamación era cada vez más recurrente. Se hizo chequeo médico y le pidieron que se operara lo antes posible para evitar la ruptura total, puesto que tenía una pequeña fractura. ¡Estábamos en segundo semestre de danza! ¡No tienen idea de lo que eso significa! Según el médico, eran como 4 meses de terapia para apoyar el pie y como 3 meses más para darle movilidad a la rodilla. Es decir, adiós al siguiente semestre danzado y sin saber el tiempo real que la recuperación se lleve.
Ayer, su terapeuta le dijo: Camina. Y ella me decía, no sabes el miedo/emoción que sentí. Apoyé el pie con temor a sentir de nuevo el dolor post-cirugía, pero di el primer paso. Obviamente, fue con las muletas y un paso no quiere decir que puede caminar, correr o danzar ya. Pero para ella, es el ápice de luz esperanzadora colada por una grieta, que le susurra al oído “pronto será”.
Nadie conversa, de manera casual junto a un vino, lo lindo que es poder caminar, porque damos por sentado que, al sonar el despertador, aún soñolientos nos pararemos en ambos pies e iremos a tomar la ducha, refunfuñando por tener que madrugar a trabajar o estudiar, o ambos, como en mi caso. Pero esa acción simple y “obvia” es un hermoso milagro.
Vamos por la vida, día tras día, enalteciendo aquellas cosas que nos molestan. Y sí, escribo enalteciendo pues le damos demasiada importancia. Hablamos de ello con todos, nos quejamos, pegamos madrazos al aire por lo que no salió bien, por lo que no tenemos, por lo que aún no nos llega o por lo monótono que nos puede resultar las tareas diarias.
Por ello, hoy no puedo dar por sentado que mi pareja sabe que le amo, por ello se lo digo cada que puedo, lo abrazo…le pido que me abrace, con ambos brazos, y le acaricio el rostro algunas veces al despertar. No puedo dar por sentado que mis hermanas saben que las admiro, por ello se los digo y escribo seguido. Ellas necesitan saber que son mi ejemplo de valentía y determinación. No puedo dar por sentado que mi madre sabe que la amo con todo mi ser, por ello se lo repito cada que la llamo, quiero que no lo olvide jamás. Porque ella es mágicamente increíble, e hizo una gran labor con nosotras y sus nietos. Me niego a dar por sentado que mis sobrinos saben lo increíblemente especiales y talentosos son, por ello les recuerdo que siempre me llenan el corazón de orgullo y más amor.

Como amiga te digo y pido que no des nada por sentado. Ni la salud, ni el dinero, ni l@s amig@s, ni las oportunidades, ni la paciencia de quienes nos aman…nada! La vida se nos va en un soplo. Seamos agradecidos por lo que somos, tenemos y por quienes están a nuestro lado.
De vez en cuando cerremos los ojos y llenemos de aire los pulmones para sentir cuanta vida existe en nosotros y que aún estamos a tiempo de ser, crear, de dar, de vivir, de amar. La actitud de gratitud, como un musculo, se debe trabajar y fortalecer cada día. Eso me mantiene en el camino de la felicidad.
Baila, abraza, mira a los ojos, dile que le amas, sonríe y sonríete frente al espejo, eres un ser afortunado, no lo olvides ni lo des por sentado.
Comments